domingo, 8 de diciembre de 2013

La técnica del disfraz

Rebeca, la esposa de Isaac, inventó la técnica del disfraz hace cuatro milenios para que su hijo Jacob caracterizara a su primogénito Esaú, ambos fueron los hijos del matrimonio. La primera víctima de esta arte teatral fue Isaac, pero en realidad toda la familia se resquebrajó y nunca pudo recuperarse de este golpe. Las consecuencias de aquel ardid todavía están presentes en nuestros días, es la historia de Israel y el pueblo judío. Jacob, quien fue bautizado por Jesús (Él dijo de sí mismo: «Yo Soy el primero y el postrero») con el nombre Israel, despojó de la primogenitura a Esaú a cambio de un plato de lentejas, contrato que Isaac no aceptó porque amaba a Esaú, ya que comía de su caza, mas Rebeca aprobó.
Seguramente Jacob merecía la primogenitura porque Esaú no midió las consecuencias de cambiar sus derechos de primogénito por un plato de lentejas; la transacción parecía absurda, ¿quién tomaría en serio esa negociación? Esaú tal vez pensó que el acto era insignificante.
No fue un hecho intrascendente, el pacto tenía que cumplirse y Rebeca tomaba las precauciones necesarias para que el plan de transmitir a Jacob todas las fortunas que correspondían a Esaú fuese cumplido por parte de Isaac, heredero a su vez de las bendiciones del padre Abraham. Lo que a Jacob interesaba no sólo se trataba de los bienes materiales, lo cual habría sido la suposición inicial de Esaú, sino que la declaración de venias, simultáneamente con la imposición de manos por parte de Isaac, significaba la parte más importante de la heredad.
Ocultar a Isaac las verdaderas intenciones de Jacob sobre la compra venta de lentejas era primordial, porque si Isaac se enteraba de la osadía de Jacob que llevaría a cabo la estratagema de Rebeca, resultaría muy perjudicial para ellos y dicho convenio de lentejas tendría que anularse.
Sólo había un obstáculo para culminar el despropósito de Rebeca, ¿cómo lograr que Isaac sacramentara a Jacob con las bendiciones que pertenecían al primogénito?; pues, aunque Isaac por su longevidad había perdido la vista, siempre que hablaba con alguno de sus hijos lo palpaba para estar seguro que el lampiño Jacob no suplantaba al velludo Esaú como en otras ocasiones había sucedido. Jacob hacía honor al significado de su nombre: usurpador. Esaú y Jacob –hermanos gemelos– de niños jugaban intercambiando sus respectivas personalidades y se divertían desconcertando a sus padres y amigos, quienes al principio festejaban las ocurrencias de los chamacos. Aquella costumbre se arraigó en el joven Jacob. Isaac sabía de la afición de Jacob y se indignaba cada vez que lo descubría suplantando a Esaú, mas Rebeca consideraba esa posibilidad para que el pacto de lentejas se cumpliese.
La hora de la verdad llegó. Isaac llamó a Esaú para manifestarle que iba a bendecirlo con los derechos de primogénito, pero antes de agraciarlo pidió a Esaú que saliera a cazar y preparara un exquisito tatemado. La ocasión para el banquete era oportuna, sería día memorable. Para su propia desgracia, Esaú no advirtió a su padre Isaac que la primogenitura correspondía a Jacob, no tenía intención de cumplir la palabra empeñada y entusiasmado salió a la caza de un apetitoso montés para complacer a su padre, no imaginaba la traición que Jacob y su madre Rebeca urdían contra Isaac.
Ominosa, sin duda, era la acción de Jacob a quien no importaba insultar la inteligencia de su padre Isaac; sin embargo, Jacob no violaba el mandamiento de Dios que estipulaba las canonjías del primogénito, pues Esaú bajo juramento vendió la primogenitura. El caso es que Jacob se había planteado recibir los privilegios familiares y para esto contaba con la complicidad y el ingenio de su madre Rebeca, de quien era el hijo predilecto; únicamente en ella podía confiar.
Recubriéndose los brazos y la cara con la piel de dos cabritos domesticados que Rebeca cocinó, y vestido con la ropa más preciosa de Esaú, Jacob se presentó ante su padre ofreciéndole la deliciosa comida. Isaac, perplejo por la rapidez con que Esaú regresó con el cimarrón ya cocinado, sospechó que era otro engaño de suplantación por parte de Jacob, y suspicaz tocó los brazos y la barbilla de Jacob, pero al tocar la piel hirsuta de los cabritos sacrificados, Isaac cayó en la trampa creyendo que era Esaú quien estaba presente.
Con la solemnidad que el acto ameritaba, Isaac rememoró a su padre Abraham y mencionó los pormenores de las bendiciones de primogénito. Ahora, ante Isaac se encontraba el beneficiario de estas bienaventuranzas y, colocando las manos sobre la cabeza del muchacho, confiado en que su amado hijo Esaú recibía el sacramento, en rigurosa ceremonia bendijo a Jacob. Cuando Esaú volvió del campo, Isaac descubrió que había sido engañado, y Esaú, al enterarse de los acontecimientos, juró que mataría a Jacob el mismo día en que su padre muriere. Sin embargo, Rebeca se enteró de la amenaza de Esaú, por lo cual una vez más manipuló a Isaac para librar a Jacob de peligro, a quien envió a la región lejana de Padam-aram, ¡para gestionarle esposa!, con el argumento angustioso: «Fastidio tengo de mi vida a causa de las hijas de Het, ¿Para qué quiero la vida si Jacob toma mujer de las hijas de nuestro vecino Het?»
Originalmente, los implementos utilizados para degenerar el rostro eran burdos, como la piel de los cabritos que Jacob usó para simular la barba. Tiempo después, mientras se afinaba la técnica, más partes de la cara podían transformarse usando piezas de madera tallada, piel curtida, peluca, dentadura postiza, y cualquier otro objeto utilizable para modificar rasgos fisonómicos. En nuestros días, un hato de disfraz completo debe contar con bastón, muletas, tacones, zancos, cojines, botarga, peluquín, pupilentes, cejas y pestañas postizas, etcétera, sin soslayar los materiales imprescindibles de la técnica: silicón, látex, pegamento y tinta para la epidermis. En casos extremos están quienes recurren a cirujanos plásticos para modificar temporalmente el rostro o arreglar alguna imperfección física como una cicatriz en el cuello o un dedo meñique cercenado que pueda exponerlos a ser descifrados e identificados. También debe considerarse que un buen disfraz sólo es convincente con una excelente actuación: impostación de la voz, tics nerviosos, actitudes persuasivas o disuasivas, simpatías, enfermedades, y todo lo que sea útil para el artificio, incluso fingirse loco, como hizo el rey David cuando tuvo necesidad de entrar a Filistea para sobrevivir.
Durante el proceso de la asunción de Jacob a primogénito, Rebeca utilizó tanto la técnica del disfraz como la actuación para lograr sus fines. Ella es la madre de estas dos profesiones. Algo tenía Isaac que Rebeca así se las ingeniaba, ¿no te parece?
Si una persona utiliza los mejores equipos realistas que existen hoy día para disfrazarse, pero no modifica su ego con la caracterización, sino que soslaya esa parte fundamental de la técnica del disfraz, puede tener la certeza que, en lapso razonable de trato cotidiano será plenamente descifrada y descubierta. Por otro lado, un anticristo disfrazado de ángel que transforme su yo interno pasará por verdadero santo o pastor cristiano así se trate de un belcebú.
En el primer siglo de la era cristiana, Roma comenzó la persecución y genocidio contra la Iglesia, finalizando dicha cacería en el siglo IV cuando el emperador Constantino se convirtió en el primer papa de la historia al darse cuenta que los cristianos proliferaban a pesar de las masacres, viéndose obligado a sincretizar la religión romana con simbolismos cristianos y declararse vicario del Dios israelita. Así surgió la religión católica. Una de las fallas trascendentales de aquella represión abominable consistió en que el imperio romano se infiltró en la Iglesia de Jesús empleando espías con la vil tarea de descubrir grupos congregacionales que se ocultaban para estudiar las Escrituras y los Evangelios.
Cada espía que existe en el mundo es una daga de dos filos. Debido a los resultados que obtuvo Roma en el fallido exterminio cristiano, es evidente que muchos de estos espías recularon contra el imperio romano. Incluso el emperador romano que se consideraba a sí mismo Dios terminó deponiendo esa supuesta divinidad para proclamarse sucesor del apóstol Pedro y fiel siervo del humilde Mesías judío. ¿Cómo ocurrió este grave error estratégico del ejército romano tan disciplinado, leal, poderoso como ninguno sobre la Tierra, y que nadie se atrevería a traicionar?
Interrogante difícil, por lo que este cuestionamiento asaltó al emperador Constantino que desesperado vistió ropas comunes y así disfrazado se infiltró en la Iglesia cristiana sin avisar a sus soldados. De esa manera, Constantino hizo honor a su nombre y tenaz constató personalmente, gracias a la información que la Iglesia primigenia divulgaba y la filosofía de amor que practicaba, que existía un hecho histórico irrefutable: la crucifixión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret.
Una eventual traición en el cuerpo de espionaje de un país, institución, empresa transnacional o cualquier otro organismo de inteligencia ocurre siempre porque el ser humano es impredecible cuando se confronta a sus propias convicciones. Por tal motivo, dichas organizaciones secretas procuran alistar individuos sin escrúpulos, dispuestos a traicionar incluso a sus propios padres, hermanos o hijos si es requerido –lo cual por cierto ocurre con frecuencia–, ya que los espías, utilizando trampas abyectas como la coacción hipnótica inicial de manipulación transitoria, aunada a extorsión o soborno, reclutan a personas de moral laxa entre familiares, parientes y demás allegados de sus víctimas. Esto no debe sorprender a nadie, sólo recordemos la rivalidad entre Jacob y Esaú, la cual zanjó gracias a mediación divina, pues los padres Isaac y Rebeca fueron dominados por aquel conflicto familiar.
Ante la grave situación experimentada durante la persecución a la Iglesia cristiana, donde los espías romanos eran transformados en fieles de Jesús gracias a la realidad histórica y la empatía que generaba el cuerpo de la Iglesia, la técnica del espionaje implementó el relevo múltiple de caracterización empleando “espías contrafiguras [sic]” –dobles– para evitar al máximo las conversiones.
El relevo múltiple consiste en suplantar a un espía –el protagonista– con varios agentes secretos. Cada espía secundario interpreta por tiempo definido al personaje del espía protagonista. Así es difícil que los agentes de espionaje logren ser convertidos por las víctimas, pues el poco tiempo que están en la caracterización del espía protagonista no les permite mantener relación duradera ni empatía alguna debido a que son varios los testaferros de un solo personaje.
El relevo del espía protagonista requiere extremo cuidado para evitar que sea descifrado; a esto se debe que los mejores espías son actores y actrices profesionales, de esos que actúan en obras de teatro, películas y telenovelas, pues no basta un buen disfraz fisonómico con máscara realista, también es necesario efectuar con maestría la suplantación de la personalidad y el carácter distintivo del personaje.
En ocasiones, para realizar el relevo del personaje espía se necesita el enajenamiento momentáneo de la víctima por medio de droga hipnótica para que no perciba las diferencias fisonómicas del espía secundario que suplanta al protagonista, personaje clave en la organización enemiga, o en la familia engañada, que no se percata de la infiltración. No obstante, si alguno de los espías secundarios es susceptible de ser descifrado, el espía principal lo releva de inmediato para confundir a la víctima que pudiese haber descubierto la farsa, mas esta modalidad tiene grave defecto, porque cuando la víctima ha descifrado a uno de los espías dobles, no cambiará su parecer aunque la hipnoticen para tratar de disuadirla, al contrario, van a corroborar la sospecha de la víctima y el espía protagonista quedará expuesto.
Respecto a esta práctica de suplantación por parte de los espías del régimen, aclaro que también existe una supuesta enfermedad psiquiátrica llamada síndrome de Capgras y quien la padece cree que un familiar ha sido suplantado por otra persona idéntica; sin embargo, hay que tomar en cuenta que los mismos victimarios se encargan de clasificar sus delitos como si fuesen enfermedades mentales para dejar en completo estado de indefensión a sus víctimas heterosexuales en caso que estas llegaren a denunciar estos crímenes ante las autoridades.
En cuanto a la calidad del disfraz, debo precisar que algunos disfraces son exigentes, mas otros únicamente requieren un alocroísmo en la piel y algo de impostación en la voz. Para colorear la epidermis hay maquillaje normal y tinta indeleble, usar uno u otra depende de la actividad y el tiempo que dura el disfraz. También existe medicamento para estimular la producción de melanina en la piel blanca. Así, muchas personalidades del espectáculo pueden transitar sin problema por calles concurridas o salir de compras al supermercado sin ser descubiertas, simplemente atezan su piel caucásica con maquillaje café y no hay quién las reconozca.
Simpática e impetuosa actriz y modelo aceptó durante una entrevista que ella tiene la costumbre de salir disfrazada a la calle, incluso de transportarse en el popular microbús. Me consta que dicha confesión es verdadera porque años antes de aquella entrevista la vi subir al microbús en el cual yo viajaba. En el momento de bajarme del colectivo le jugué una broma. Mencioné sovoz el nombre de esta hermosa actriz, muy cerca de ella, sin voltear a verla, y reaccionó con sobresalto como si hubiese recibido leve descarga eléctrica. Dicha actriz es divertida, bella, inteligente, protagonista excepcional de telenovelas, pero como conductora de revista es ruda, parece luchadora, de armas tomar. Bajé rápido del microbús, ¡no vaya a ser!
Anécdotas igual a la anterior recuerdo varias, sin embargo, no todas son divertidas ni me interesa dar nombres de los involucrados, pues a pesar que hay espías mortificando a personas inocentes, otros son favorables a la sociedad cumpliendo la misión de salvaguardar el Estado de derecho y la seguridad nacional. El problema consiste no sólo en detectar a los espías delincuentes, sino que también debemos terminar con el sistema político pro homosexual –homosexualista– que anima a esta clase de abusos gubernamentales contra el pueblo mexicano.
En cada escuela del país existen niños, niñas, jóvenes, profesores y empleados en general de planteles educativos que están activos sirviendo como espías inmorales, corrompiendo a la niñez y juventud más distinguida de México mediante la perversión sexual, éste es el eje en torno del cual se mueven las cofradías del establishment, ya que es la mejor garantía de secretidad y lealtad: el usufructo de la inmoralidad sexual.
Si alguien cree que es falso lo que afirmo, ¿por qué razón a cadetes que expulsan por homosexuales de planteles militares, cuando no los utilizan para prostituirlos en las calles del puerto veracruzano o la calzada de Tlalpan, los reclutan en el servicio de inteligencia, pero otros homosexuales tienen permitido continuar en dichos planteles militares? ¿Será porque los homosexuales que no son expulsados vienen de tiempo atrás trabajando para el sistema inmoral? Pregunto esto sin exceptuar a los sedicentes cadetes, pederastas que en realidad son actores profesionales disfrazados, contratados por las autoridades militares con la intención malvada de seducir a auténticos cadetes utilizando drogas hipnóticas para trampearlos, y algunos de los cuales doblan la edad de los donceles.
Un diputado federal de la anterior legislatura citó una frase misántropa con la que manifestó, grosso modo, que no hay hombre guapo ni mujer hermosa que no sea inmoral sexualmente hablando. Fue tachado de misógino por parte de las diputadas feministas, sin embargo, esa es la pretensión de las cofradías heterofóbicas, reclutar todo hombre y toda mujer que se distinga del resto, ya sea por inteligencia, hermosura o cualquier otra virtud, pues ellos a su vez serán los mejores activistas inmorales.
La situación se agrava cuando los pervertidores utilizan recursos psicológicos para alienar a sus víctimas mediante drogas hipnóticas, engañándolas con la falsa afirmación que ellas son homosexuales y que cualquier cariño o sentimiento de amistad a sus congéneres es inmoral. No obstante, cuando las víctimas tienen plena convicción moral y seguridad en su heterosexualidad porque así han decidido ser, es obvio que no aceptarán la supuesta homosexualidad y, por no enterarse que fueron manipuladas hipnóticamente de manera transitoria para cometer algún acto inmoral, o sufrir alguna sugestión como interesarse inconsecuentes por un congénere, prefieren suicidarse; esto, debido a la depresión anímica incontrolada que sufren por falta de madurez emocional característica de la etapa juvenil. Además, los espías del corrupto establishment cuando no pueden pervertir a sus víctimas las prefieren muertas, por lo que si estas no deciden quitarse la vida, son ellos quienes las inducen al suicidio.
Siempre ha habido voces alertando que la Sodoma y Gomorra de esta época procede del Vaticano. La inmoralidad sexual vaticana es su sistema de control político cuando la explotación de la fe no es suficiente y tiene cómplices homosexuales en los gobiernos y medios masivos de comunicación occidentales. A pesar de las denuncias por pederastia clerical nadie había reconocido este problema; sin embargo, recién nombrado el Papa Francisco aceptó que existe una cofradía “lobby gay [sic]” homosexual en la curia romana. Entonces sí hay homosexuales en el Vaticano y se autonombran representantes de dios en la Tierra, ¿de cuál dios? El apóstol Pablo llamó al espionaje romano «el misterio de la iniquidad [2 Tesalonicenses 2:7]», y el capítulo uno de la Epístola a los romanos hace referencia a los homosexuales que conforman esa archicofradía occidental.
Los homosexuales son sexópatas porque su aberrante práctica es contra natura; aunque ellos alegan que la homosexualidad se manifiesta en los animales y eso demuestra que es natural, científicamente se ha descubierto que la homosexualidad en perros y pingüinos se debe a una psicosis. Muchos de estos psicopáticos han logrado sobresalientes puestos políticos y en México impusieron que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) avalara el anticonstitucional y mal llamado matrimonio entre homosexuales, que suelen ser pederastas; también legalizó para esos inmorales la adopción de niños y niñas, sus víctimas preferidas.
Los políticos homosexópatas asimismo lograron que la palabra maricón haya sido prohibida por la homosexualista SCJN, eso es tan absurdo como su inmoralidad. Con esa medida pseudojurídica, los magistrados prevaricadores que consintieron ese abuso político implícitamente prohibieron la mariconera –bolso de mano para hombres–, muchos en el estado de Sonora la usamos, y no somos maricones.
Lo peor del espionaje gubernamental mexicano utiliza la técnica del disfraz, el uso de somníferos en spray para allanar viviendas, la manipulación hipnótica con psicotrópicos, la inmoralidad sexual y el asesinato; en pocas palabras, es el impune crimen organizado en su versión más cruel actuando contra ciudadanos inocentes y menores de edad. Hay que hacer algo, urge un sistema de inteligencia ciudadano no militarizado que sirva de contrapeso a los fascistas, delincuentes gubernamentales sirvientes de cofradías adversas a la moral del pueblo mexicano.
Los inmorales sodomitas se dan el tiempo necesario para organizar los ataques, sus mejores efectivos son reclutados desde la niñez, en la mayoría de los casos son sus propios hijos, en esa temprana edad los enseñan a disfrazarse para actuar contra otros menores en las escuelas.
La violación sexual ocasionada a una niña de seis años de primer año de primaria por parte de cuatro niños de once años de edad, que ocurrió en el sanitario de una escuela el 7 de noviembre de 2013, en el estado de Sinaloa, cuyos hechos fueron encubiertos por las autoridades escolares porque el padrastro de uno de los niños acusados es magistrado del Segundo Tribunal Colegiado del Estado, es un caso típico del modus operandi de esa cofradía fascista que denuncio. Muchos de estos niños criminales con el paso del tiempo llegan a ser famosos del espectáculo, pues es común que el espionaje lleve aparejada una carrera artística.
Debe existir registro genómico de cada niño y niña en los planteles educativos para evitar la duplicidad de personalidad y el uso de seudónimos, y archivar estos datos para posteriores cotejos.
Cuando ingresé a la Policía Federal en el año 2007, los reclutadores, en el momento de tomar el registro dactilar de cada aspirante, utilizaban una jerga empapada de agua o de glicerina para restregarla en las manos de los agentes noveles con la finalidad de detectar a quien se hubiese colocado huellas dactilares postizas o maquillaje café para intentar causar alta con falsa identidad en la institución policial.
Los delincuentes conocen muy bien la técnica del disfraz y la utilizan para su propio beneficio en agravio de los ciudadanos, por lo que es menester alertar a la sociedad sobre este grave problema. De manera inexplicable todavía nadie en los medios masivos de comunicación mexicanos ha dicho nada sobre la técnica del disfraz realista y su aprovechamiento por los delincuentes. Los presentadores sensacionalistas del espectáculo noticioso cuando mucho publican varios retratos hablados de algún delincuente con el rostro degenerado por igual número de disfraces, e invitan al público a denunciar, en su caso, la localización del sujeto, pero no muestran imágenes del sospechoso con cambios de color en la piel; y no hacen esto porque los mismos presentadores de noticias utilizan el maquillaje café para atezar su piel y ocultar su personalidad con el fin de infiltrarse en movimientos nacionalistas de izquierda, como en el denominado Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA). En la televisión mexicana hace falta un buen reportaje profesional sobre la técnica del disfraz realista y la caracterización.
El asunto del espionaje en México es muy delicado, por lo que apremia la instauración de una organización no gubernamental especializada para regular el funcionamiento de las entidades secretas. La ciudadanía debe tomar una resolución respecto a este peligroso y perjudicial problema, ya que la familia es el blanco principal de los agravios.
Todos y cada uno de los servidores públicos, lo mismo civiles que militares del gobierno mexicano en los niveles federal, estatal y municipal, deben estar identificados a detalle y mantener registro personal en el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (Ifai). Junto con esta medida, todos y cada uno de los actores y actrices mexicanos o extranjeros residentes en nuestro país, así como todos y cada uno de los empleados que trabajan en los medios masivos de comunicación, privados y del Estado, también deben identificarse ante el Ifai mediante la Secretaría de Gobernación y ser supervisados durante el proceso de registro por una organización no gubernamental contra delitos de espionaje. Esto, para cotejar las cédulas fenotípicas a efecto de detectar duplicidad de personalidad. Cuando esta propuesta sea implementada, dará muchas sorpresas, lo aseguro.
¿Necesitamos tener otro secretario de gobernación registrado en el padrón electoral de un país europeo como ocurrió en años recientes? Si esto ocurre en nuestro país al más alto nivel gubernativo, ¿qué está pasando a niveles inferiores?
¿Qué esperas para tomar la iniciativa de liberar a México de este yugo extranjero que nos imponen los mexicanos de papel? Por lo menos no te abstengas de votar cuando corresponda, y tampoco cometas la necedad de vender o anular intencionalmente tu voto.