Rebeca,
la esposa de Isaac, inventó la técnica del disfraz hace cuatro
milenios para que su hijo Jacob caracterizara a su primogénito Esaú,
ambos fueron los hijos del matrimonio. La primera víctima de esta
arte teatral fue Isaac, pero en realidad toda la familia se
resquebrajó y nunca pudo recuperarse de este golpe. Las
consecuencias de aquel ardid todavía están presentes en nuestros
días, es la historia de Israel y el pueblo judío. Jacob, quien fue
bautizado por Jesús
(Él dijo de sí mismo: «Yo Soy el primero y el postrero») con el
nombre Israel, despojó de la primogenitura a Esaú a cambio de un
plato de lentejas, contrato que Isaac no aceptó porque amaba a Esaú,
ya que comía de su caza, mas Rebeca aprobó.
Seguramente
Jacob merecía la primogenitura porque Esaú no midió las
consecuencias de cambiar sus derechos de primogénito por un plato de
lentejas; la transacción parecía absurda, ¿quién tomaría en
serio esa negociación? Esaú tal vez pensó que el acto era
insignificante.
No
fue un hecho intrascendente, el pacto tenía que cumplirse y Rebeca
tomaba las precauciones necesarias para que el plan de transmitir a
Jacob todas las fortunas que correspondían a Esaú fuese cumplido
por parte de Isaac, heredero a su vez de las bendiciones del padre
Abraham. Lo que a Jacob interesaba no sólo se trataba de los bienes
materiales, lo cual habría sido la suposición inicial de Esaú,
sino que la declaración de venias, simultáneamente con la
imposición de manos por parte de Isaac, significaba la parte más
importante de la heredad.
Ocultar
a Isaac las verdaderas intenciones de Jacob sobre la compra venta de
lentejas era primordial, porque si Isaac se enteraba de la osadía de
Jacob que llevaría a cabo la estratagema de Rebeca, resultaría muy
perjudicial para ellos y dicho convenio de lentejas tendría que
anularse.
Sólo
había un obstáculo para culminar el despropósito de Rebeca, ¿cómo
lograr que Isaac sacramentara a Jacob con las bendiciones que
pertenecían al primogénito?; pues, aunque Isaac por su longevidad
había perdido la vista, siempre que hablaba con alguno de sus hijos
lo palpaba para estar seguro que el lampiño Jacob no suplantaba al
velludo Esaú como en otras ocasiones había sucedido. Jacob hacía
honor al significado de su nombre: usurpador. Esaú y Jacob –hermanos
gemelos– de niños jugaban intercambiando sus respectivas
personalidades y se divertían desconcertando a sus padres y amigos,
quienes al principio festejaban las ocurrencias de los chamacos.
Aquella costumbre se arraigó en el joven Jacob. Isaac sabía de la
afición de Jacob y se indignaba cada vez que lo descubría
suplantando a Esaú, mas Rebeca consideraba esa posibilidad para que
el pacto de lentejas se cumpliese.
La
hora de la verdad llegó. Isaac llamó a Esaú para manifestarle que
iba a bendecirlo con los derechos de primogénito, pero antes de
agraciarlo pidió a Esaú que saliera a cazar y preparara un
exquisito tatemado. La ocasión para el banquete era oportuna, sería
día memorable. Para su propia desgracia, Esaú no advirtió a su
padre Isaac que la primogenitura correspondía a Jacob, no tenía
intención de cumplir la palabra empeñada y entusiasmado salió a la
caza de un apetitoso montés para complacer a su padre, no imaginaba
la traición que Jacob y su madre Rebeca urdían contra Isaac.
Ominosa,
sin duda, era la acción de Jacob a quien no importaba insultar la
inteligencia de su padre Isaac; sin embargo, Jacob no violaba el
mandamiento de Dios que estipulaba las canonjías del primogénito,
pues Esaú bajo juramento vendió la primogenitura. El caso es que
Jacob se había planteado recibir los privilegios familiares y para
esto contaba con la complicidad y el ingenio de su madre Rebeca, de
quien era el hijo predilecto; únicamente en ella podía confiar.
Recubriéndose
los brazos y la cara con la piel de dos cabritos domesticados que
Rebeca cocinó, y vestido con la ropa más preciosa de Esaú, Jacob
se presentó ante su padre ofreciéndole la deliciosa comida. Isaac,
perplejo por la rapidez con que Esaú regresó con el cimarrón ya
cocinado, sospechó que era otro engaño de suplantación por parte
de Jacob, y suspicaz tocó los brazos y la barbilla de Jacob, pero al
tocar la piel hirsuta de los cabritos sacrificados, Isaac cayó en la
trampa creyendo que era Esaú quien estaba presente.
Con
la solemnidad que el acto ameritaba, Isaac rememoró a su padre
Abraham y mencionó los pormenores de las bendiciones de primogénito.
Ahora, ante Isaac se encontraba el beneficiario de estas
bienaventuranzas y, colocando las manos sobre la cabeza del muchacho,
confiado en que su amado hijo Esaú recibía el sacramento, en
rigurosa ceremonia bendijo a Jacob. Cuando Esaú volvió del campo,
Isaac descubrió que había sido engañado, y Esaú, al enterarse de
los acontecimientos, juró que mataría a Jacob el mismo día en que
su padre muriere. Sin embargo, Rebeca se enteró de la amenaza de
Esaú, por lo cual una vez más manipuló a Isaac para librar a Jacob
de peligro, a quien envió a la región lejana de Padam-aram, ¡para
gestionarle esposa!, con el argumento angustioso: «Fastidio tengo de
mi vida a causa de las hijas de Het, ¿Para qué quiero la vida si
Jacob toma mujer de las hijas de nuestro vecino Het?»
Originalmente,
los implementos utilizados para degenerar el rostro eran burdos, como
la piel de los cabritos que Jacob usó para simular la barba. Tiempo
después, mientras se afinaba la técnica, más partes de la cara
podían transformarse usando piezas de madera tallada, piel curtida,
peluca, dentadura postiza, y cualquier otro objeto utilizable para
modificar rasgos fisonómicos. En nuestros días, un hato de disfraz
completo debe contar con bastón, muletas, tacones, zancos, cojines,
botarga, peluquín, pupilentes, cejas y pestañas postizas, etcétera,
sin soslayar los materiales imprescindibles de la técnica: silicón,
látex, pegamento y tinta para la epidermis. En casos extremos están
quienes recurren a cirujanos plásticos para modificar temporalmente
el rostro o arreglar alguna imperfección física como una cicatriz
en el cuello o un dedo meñique cercenado que pueda exponerlos a ser
descifrados e identificados. También debe considerarse que un buen
disfraz sólo es convincente con una excelente actuación:
impostación de la voz, tics nerviosos, actitudes persuasivas o
disuasivas, simpatías, enfermedades, y todo lo que sea útil para el
artificio, incluso fingirse loco, como hizo el rey David cuando tuvo
necesidad de entrar a Filistea para sobrevivir.
Durante
el proceso de la asunción de Jacob a primogénito, Rebeca utilizó
tanto la técnica del disfraz como la actuación para lograr sus
fines. Ella es la madre de estas dos profesiones. Algo tenía Isaac
que Rebeca así se las ingeniaba, ¿no te parece?
Si
una persona utiliza los mejores equipos realistas que existen hoy día
para disfrazarse, pero no modifica su ego con la caracterización,
sino que soslaya esa parte fundamental de la técnica del disfraz,
puede tener la certeza que, en lapso razonable de trato cotidiano
será plenamente descifrada y descubierta. Por otro lado, un
anticristo disfrazado de ángel que transforme su yo interno pasará
por verdadero santo o pastor cristiano así se trate de un belcebú.
En
el primer siglo de la era cristiana, Roma comenzó la persecución y
genocidio contra la Iglesia, finalizando dicha cacería en el siglo
IV cuando el emperador Constantino se convirtió en el primer papa de
la historia al darse cuenta que los cristianos proliferaban a pesar
de las masacres, viéndose obligado a sincretizar la religión romana
con simbolismos cristianos y declararse vicario del Dios israelita.
Así surgió la religión católica. Una de las fallas
trascendentales de aquella represión abominable consistió en que el
imperio romano se infiltró en la Iglesia de Jesús
empleando espías con la vil tarea de descubrir grupos
congregacionales que se ocultaban para estudiar las Escrituras y los
Evangelios.
Cada
espía que existe en el mundo es una daga de dos filos. Debido a los
resultados que obtuvo Roma en el fallido exterminio cristiano, es
evidente que muchos de estos espías recularon contra el imperio
romano. Incluso el emperador romano que se consideraba a sí mismo
Dios terminó deponiendo esa supuesta divinidad para proclamarse
sucesor del apóstol Pedro y fiel siervo del humilde Mesías judío.
¿Cómo ocurrió este grave error estratégico del ejército romano
tan disciplinado, leal, poderoso como ninguno sobre la Tierra, y que
nadie se atrevería a traicionar?
Interrogante
difícil, por lo que este cuestionamiento asaltó al emperador
Constantino que desesperado vistió ropas comunes y así disfrazado
se infiltró en la Iglesia cristiana sin avisar a sus soldados. De
esa manera, Constantino hizo honor a su nombre y tenaz constató
personalmente, gracias a la información que la Iglesia primigenia
divulgaba y la filosofía de amor que practicaba, que existía un
hecho histórico irrefutable: la crucifixión, muerte y resurrección
de Jesús
de Nazaret.
Una
eventual traición en el cuerpo de espionaje de un país,
institución, empresa transnacional o cualquier otro organismo de
inteligencia ocurre siempre porque el ser humano es impredecible
cuando se confronta a sus propias convicciones. Por tal motivo,
dichas organizaciones secretas procuran alistar individuos sin
escrúpulos, dispuestos a traicionar incluso a sus propios padres,
hermanos o hijos si es requerido –lo cual por cierto ocurre con
frecuencia–, ya que los espías, utilizando trampas abyectas como
la coacción hipnótica inicial de manipulación transitoria, aunada
a extorsión o soborno, reclutan a personas de moral laxa entre
familiares, parientes y demás allegados de sus víctimas. Esto no
debe sorprender a nadie, sólo recordemos la rivalidad entre Jacob y
Esaú, la cual zanjó gracias a mediación divina, pues los padres
Isaac y Rebeca fueron dominados por aquel conflicto familiar.
Ante
la grave situación experimentada durante la persecución a la
Iglesia cristiana, donde los espías romanos eran transformados en
fieles de Jesús
gracias a la realidad histórica y la empatía que generaba el cuerpo
de la Iglesia, la técnica del espionaje implementó el relevo
múltiple de caracterización empleando “espías contrafiguras
[sic]” –dobles– para evitar al máximo las conversiones.
El
relevo múltiple consiste en suplantar a un espía –el
protagonista– con varios agentes secretos. Cada espía secundario
interpreta por tiempo definido al personaje del espía protagonista.
Así es difícil que los agentes de espionaje logren ser convertidos
por las víctimas, pues el poco tiempo que están en la
caracterización del espía protagonista no les permite mantener
relación duradera ni empatía alguna debido a que son varios los
testaferros de un solo personaje.
El
relevo del espía protagonista requiere extremo cuidado para evitar
que sea descifrado; a esto se debe que los mejores espías son
actores y actrices profesionales, de esos que actúan en obras de
teatro, películas y telenovelas, pues no basta un buen disfraz
fisonómico con máscara realista, también es necesario efectuar con
maestría la suplantación de la personalidad y el carácter
distintivo del personaje.
En
ocasiones, para realizar el relevo del personaje espía se necesita
el enajenamiento momentáneo de la víctima por medio de droga
hipnótica para que no perciba las diferencias fisonómicas del espía
secundario que suplanta al protagonista, personaje clave en la
organización enemiga, o en la familia engañada, que no se percata
de la infiltración. No obstante, si alguno de los espías
secundarios es susceptible de ser descifrado, el espía principal lo
releva de inmediato para confundir a la víctima que pudiese haber
descubierto la farsa, mas esta modalidad tiene grave defecto, porque
cuando la víctima ha descifrado a uno de los espías dobles, no
cambiará su parecer aunque la hipnoticen para tratar de disuadirla,
al contrario, van a corroborar la sospecha de la víctima y el espía
protagonista quedará expuesto.
Respecto
a esta práctica de suplantación por parte de los espías del
régimen, aclaro que también existe una supuesta enfermedad
psiquiátrica llamada síndrome de Capgras y quien la padece cree que
un familiar ha sido suplantado por otra persona idéntica; sin
embargo, hay que tomar en cuenta que los mismos victimarios se
encargan de clasificar sus delitos como si fuesen enfermedades
mentales para dejar en completo estado de indefensión a sus víctimas
heterosexuales en caso que estas llegaren a denunciar estos crímenes
ante las autoridades.
En
cuanto a la calidad del disfraz, debo precisar que algunos disfraces
son exigentes, mas otros únicamente requieren un alocroísmo en la
piel y algo de impostación en la voz. Para colorear la epidermis hay
maquillaje normal y tinta indeleble, usar uno u otra depende de la
actividad y el tiempo que dura el disfraz. También existe
medicamento para estimular la producción de melanina en la piel
blanca. Así, muchas personalidades del espectáculo pueden transitar
sin problema por calles concurridas o salir de compras al
supermercado sin ser descubiertas, simplemente atezan su piel
caucásica con maquillaje café y no hay quién las reconozca.
Simpática
e impetuosa actriz y modelo aceptó durante una entrevista que ella
tiene la costumbre de salir disfrazada a la calle, incluso de
transportarse en el popular microbús. Me consta que dicha confesión
es verdadera porque años antes de aquella entrevista la vi subir al
microbús en el cual yo viajaba. En el momento de bajarme del
colectivo le jugué una broma. Mencioné sovoz el nombre de esta
hermosa actriz, muy cerca de ella, sin voltear a verla, y reaccionó
con sobresalto como si hubiese recibido leve descarga eléctrica.
Dicha actriz es divertida, bella, inteligente, protagonista
excepcional de telenovelas, pero como conductora de revista es ruda,
parece luchadora, de armas tomar. Bajé rápido del microbús, ¡no
vaya a ser!
Anécdotas
igual a la anterior recuerdo varias, sin embargo, no todas son
divertidas ni me interesa dar nombres de los involucrados, pues a
pesar que hay espías mortificando a personas inocentes, otros son
favorables a la sociedad cumpliendo la misión de salvaguardar el
Estado de derecho y la seguridad nacional. El problema consiste no
sólo en detectar a los espías delincuentes, sino que también
debemos terminar con el sistema político pro homosexual
–homosexualista– que anima a esta clase de abusos gubernamentales
contra el pueblo mexicano.
En
cada escuela del país existen niños, niñas, jóvenes, profesores y
empleados en general de planteles educativos que están activos
sirviendo como espías inmorales, corrompiendo a la niñez y juventud
más distinguida de México mediante la perversión sexual, éste es
el eje en torno del cual se mueven las cofradías del establishment,
ya que es la mejor garantía de secretidad
y
lealtad: el usufructo de la inmoralidad sexual.
Si
alguien cree que es falso lo que afirmo, ¿por qué razón a cadetes
que expulsan por homosexuales de planteles militares, cuando no los
utilizan para prostituirlos en las calles del puerto veracruzano o la
calzada de Tlalpan, los reclutan en el servicio de inteligencia, pero
otros homosexuales tienen permitido continuar en dichos planteles
militares? ¿Será porque los homosexuales que no son expulsados
vienen de tiempo atrás trabajando para el sistema inmoral? Pregunto
esto sin exceptuar a los sedicentes cadetes, pederastas que en
realidad son actores profesionales disfrazados, contratados por las
autoridades militares con la intención malvada de seducir a
auténticos cadetes utilizando drogas hipnóticas para trampearlos, y
algunos de los cuales doblan la edad de los donceles.
Un
diputado federal de la anterior legislatura citó una frase
misántropa con la que manifestó, grosso modo, que no hay hombre
guapo ni mujer hermosa que no sea inmoral sexualmente hablando. Fue
tachado de misógino por parte de las diputadas feministas, sin
embargo, esa es la pretensión de las cofradías heterofóbicas,
reclutar todo hombre y toda mujer que se distinga del resto, ya sea
por inteligencia, hermosura o cualquier otra virtud, pues ellos a su
vez serán los mejores activistas inmorales.
La
situación se agrava cuando los pervertidores utilizan recursos
psicológicos para alienar a sus víctimas mediante drogas
hipnóticas, engañándolas con la falsa afirmación que ellas son
homosexuales y que cualquier cariño o sentimiento de amistad a sus
congéneres es inmoral. No obstante, cuando las víctimas tienen
plena convicción moral y seguridad en su heterosexualidad porque así
han decidido ser, es obvio que no aceptarán la supuesta
homosexualidad y, por no enterarse que fueron manipuladas
hipnóticamente de manera transitoria para cometer algún acto
inmoral, o sufrir alguna sugestión como interesarse inconsecuentes
por un congénere, prefieren suicidarse; esto, debido a la depresión
anímica incontrolada que sufren por falta de madurez emocional
característica de la etapa juvenil. Además, los espías del
corrupto establishment
cuando
no pueden pervertir a sus víctimas las prefieren muertas, por lo que
si estas no deciden quitarse la vida, son ellos quienes las inducen
al suicidio.
Siempre
ha habido voces alertando que la Sodoma y Gomorra de esta época
procede del Vaticano. La inmoralidad sexual vaticana es su sistema de
control político cuando la explotación de la fe no es suficiente y
tiene cómplices homosexuales en los gobiernos y medios masivos de
comunicación occidentales. A pesar de las denuncias por pederastia
clerical nadie había reconocido este problema; sin embargo, recién
nombrado el Papa Francisco aceptó que existe una cofradía “lobby
gay
[sic]” homosexual en la curia romana. Entonces sí hay homosexuales
en el Vaticano y se autonombran representantes de dios en la Tierra,
¿de cuál dios? El apóstol Pablo llamó al espionaje romano «el
misterio de la iniquidad [2 Tesalonicenses 2:7]», y el capítulo uno
de la Epístola a los romanos hace referencia a los homosexuales que
conforman esa archicofradía occidental.
Los
homosexuales son sexópatas porque su aberrante práctica es contra
natura; aunque ellos alegan que la homosexualidad se manifiesta en
los animales y eso demuestra que es natural, científicamente se ha
descubierto que la homosexualidad en perros y pingüinos se debe a
una psicosis. Muchos de estos psicopáticos han logrado
sobresalientes puestos políticos y en México impusieron que la
Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) avalara el
anticonstitucional y mal llamado matrimonio entre homosexuales, que
suelen ser pederastas; también legalizó para esos inmorales la
adopción de niños y niñas, sus víctimas preferidas.
Los
políticos homosexópatas asimismo lograron que la palabra maricón
haya sido prohibida por la homosexualista SCJN, eso es tan absurdo
como su inmoralidad. Con esa medida pseudojurídica, los magistrados
prevaricadores que consintieron ese abuso político implícitamente
prohibieron la mariconera
–bolso
de mano para hombres–, muchos en el estado de Sonora la usamos, y
no somos maricones.
Lo
peor del espionaje gubernamental mexicano utiliza la técnica del
disfraz, el uso de somníferos en spray para allanar viviendas, la
manipulación hipnótica con psicotrópicos, la inmoralidad sexual y
el asesinato; en pocas palabras, es el impune crimen organizado en su
versión más cruel actuando contra ciudadanos inocentes y menores de
edad. Hay que hacer algo, urge un sistema de inteligencia ciudadano
no militarizado que sirva de contrapeso a los fascistas, delincuentes
gubernamentales sirvientes de cofradías adversas a la moral del
pueblo mexicano.
Los
inmorales sodomitas se dan el tiempo necesario para organizar los
ataques, sus mejores efectivos son reclutados desde la niñez, en la
mayoría de los casos son sus propios hijos, en esa temprana edad los
enseñan a disfrazarse para actuar contra otros menores en las
escuelas.
La
violación sexual ocasionada a una niña de seis años de primer año
de primaria por parte de cuatro niños de once años de edad, que
ocurrió en el sanitario de una escuela el 7 de noviembre de 2013, en
el estado de Sinaloa, cuyos hechos fueron encubiertos por las
autoridades escolares porque el padrastro de uno de los niños
acusados es magistrado del Segundo Tribunal Colegiado del Estado, es
un caso típico del modus operandi de esa cofradía fascista que
denuncio. Muchos de estos niños criminales con el paso del tiempo
llegan a ser famosos del espectáculo, pues es común que el
espionaje lleve aparejada una carrera artística.
Debe
existir registro genómico de cada niño y niña en los planteles
educativos para evitar la duplicidad de personalidad y el uso de
seudónimos, y archivar estos datos para posteriores cotejos.
Cuando
ingresé a la Policía Federal en el año 2007, los reclutadores, en
el momento de tomar el registro dactilar de cada aspirante,
utilizaban una jerga empapada de agua o de glicerina para restregarla
en las manos de los agentes noveles con la finalidad de detectar a
quien se hubiese colocado huellas dactilares postizas o maquillaje
café para intentar causar alta con falsa identidad en la institución
policial.
Los
delincuentes conocen muy bien la técnica del disfraz y la utilizan
para su propio beneficio en agravio de los ciudadanos, por lo que es
menester alertar a la sociedad sobre este grave problema. De manera
inexplicable todavía nadie en los medios masivos de comunicación
mexicanos ha dicho nada sobre la técnica del disfraz realista y su
aprovechamiento por los delincuentes. Los presentadores
sensacionalistas del espectáculo noticioso cuando mucho publican
varios retratos hablados de algún delincuente con el rostro
degenerado por igual número de disfraces, e invitan al público a
denunciar, en su caso, la localización del sujeto, pero no muestran
imágenes del sospechoso con cambios de color en la piel; y no hacen
esto porque los mismos presentadores de noticias utilizan el
maquillaje café para atezar su piel y ocultar su personalidad con el
fin de infiltrarse en movimientos nacionalistas de izquierda, como en
el denominado Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA). En la
televisión mexicana hace falta un buen reportaje profesional sobre
la técnica del disfraz realista y la caracterización.
El
asunto del espionaje en México es muy delicado, por lo que apremia
la instauración de una organización no gubernamental especializada
para regular el funcionamiento de las entidades secretas. La
ciudadanía debe tomar una resolución respecto a este peligroso y
perjudicial problema, ya que la familia es el blanco principal de los
agravios.
Todos
y cada uno de los servidores públicos, lo mismo civiles que
militares del gobierno mexicano en los niveles federal, estatal y
municipal, deben estar identificados a detalle y mantener registro
personal en el Instituto Federal de Acceso a la Información y
Protección de Datos (Ifai). Junto con esta medida, todos y cada uno
de los actores y actrices mexicanos o extranjeros residentes en
nuestro país, así como todos y cada uno de los empleados que
trabajan en los medios masivos de comunicación, privados y del
Estado, también deben identificarse ante el Ifai mediante la
Secretaría de Gobernación y ser supervisados durante el proceso de
registro por una organización no gubernamental contra delitos de
espionaje. Esto, para cotejar las cédulas fenotípicas a efecto de
detectar duplicidad de personalidad. Cuando esta propuesta sea
implementada, dará muchas sorpresas, lo aseguro.
¿Necesitamos
tener otro secretario de gobernación registrado en el padrón
electoral de un país europeo como ocurrió en años recientes? Si
esto ocurre en nuestro país al más alto nivel gubernativo, ¿qué
está pasando a niveles inferiores?
¿Qué
esperas para tomar la iniciativa de liberar a México de este yugo
extranjero que nos imponen los mexicanos de papel? Por lo menos no te
abstengas de votar cuando corresponda, y tampoco cometas la necedad
de vender o anular intencionalmente tu voto.