lunes, 9 de abril de 2012

Agresor homosexual Luis Roque

Estabas conmigo en la comandancia de Nogales durante el periodo nocturno. En una ocasión mientras dormía me indujeron a estado hipnótico. Desperté con angustia y turbación.
¿Fue el homosexual enmascarado y coronel retirado Sergio Israel Corona Nava-Bracamontes quien me indujo a ese estado de inconsciencia? Tú estabas presente y en tus cinco sentidos.
¿Para quién operaron? ¿Delinquieron para el disimulado activista homosexual Manuel F. Rosa de Guadañupe o para los homosexuales secretos Horacio de Camil y Toto Violante, a quienes por ser obscenos e hipócritas los denuncié en la Heroica Universidad Naval Militar?
¿Fueron ellos quienes te aconsejaron usar en el sanitario la pastilla Harpic con colorante para enturbiar el agua?
¿El homosexual tapado Sergio Israel Corona Nava-Bracamontes te proporcionaba los somníferos y drogas para adulterar alimentos y bebidas?
Tengo esta sospecha porque fue en aquella ocasión cuando vi una pequeña mácula de sangre en el papel sanitario, pero no pude ver el excremento porque el agua tenía colorante, habías puesto una pastilla desinfectante oscura al depósito de agua del sanitario para que yo no pudiera ver las heces ni supiera la verdad. En aquella vez supuse que probablemente había sido sodomizado, pero descarté la conjetura, pues habría sido, más que perverso, diabólico de tu parte.
Cuando el homosexópata de clóset Sergio Israel Corona Nava-Bracamontes me preguntó en febrero del año 2010 cuál fue mi intención al no protestar por el ultraje contra mi humanidad ocurrido en la comandancia de Nogales en el año 1998, contesté que fue porque esperaba que los activistas homosexuales encubiertos; refiriéndome a él, al senador de la república Manuel F. Rosa de Guadañupe, y a la célula de homosexuales embozados del Estado Mayor General de la Armada de Nueva España, sección segunda; utilizaran aquel material en mi agravio (videograbaron todo), con el fin que se evidenciaran en sus delitos de espionaje y violación homosexual.
Después descubrí que los espías homosexualistas no utilizaron los videos ilegales porque intentaban, además de difamarme, que me convirtiera en homosexual como ellos, mas esto último no han conseguido porque no he perdido la aversión a la homosexualidad y porque para copular únicamente me gusta la mujer, pues la coaptación genital –el coito–, la cual brinda placer conforme a nuestra naturaleza humana, sólo es posible entre el hombre y la mujer. Sin embargo, esto no han querido entender mis persecutores porque creen que podrían conseguir su fin abominable si lograsen confundirme con cada ataque a mi integridad sexual y emocional que me infligen previa sedación para enajenarme y despojarme de la conciencia y el albedrío.
Lamentablemente, no soy la única víctima, pues los activistas homosexuales en control de las instituciones de investigación y espionaje, tanto privadas subvencionadas por el gobierno como del servicio público, responden –entre otros– a intereses sodomitas de la religión vaticana, la cual actúa contra cristianos, muchos de los cuales han sucumbido a la homosexualidad porque nunca supieron que fueron manipulados psicológicamente para confundirlos; porque cuando los activistas heterofóbicos han drogado a sus víctimas con bebidas o alimentos adulterados, ellas no se percatan de nada, pues tienen anulada la conciencia. Cuando pasa el efecto de la droga las víctimas despiertan del estado hipnótico platicando o haciendo algo inmoral que nunca imaginaron, y no saben qué ocurrió en el intermedio: fueron dañadas en su integridad sexual, psicológica y emocional. Debido a que la memoria inmediata no queda registrada, sufren desconcierto.
Así actúan los activistas homosexuales secretos y heterofóbicos como Manuel F. Rosa de Guadañupe, Sergio Israel Corona Nava-Bracamontes y la sicalíptica célula de espías protegidos que está enquistada en la Armada de Nueva España, ¿no es así?
Afortunadamente, entre los agentes comisionados para perjudicarme hay confidentes que me alertan de su presencia, como la ocasión en que Toto Violante te relevó en tu caracterización; esto, siempre que han podido hacerlo sin arriesgar su vida o su empleo y sólo cuando yo permito el acercamiento.
En el edificio del Centro de Espionajes Superiores Navales (Cesnav) evité que el capitán Lozano me contactara, tuve que ignorarlo cuando cauteloso trataba de llamar mi atención, aunque después estuvo como oficial encubierto en la Gendarmería Nacional y comprobó que no soy homosexual en ningún sentido, pues repulso la sodomía íncuba y súcuba. Por ejemplo, el día en que estuvimos en la playa de San Carlos, Sonora, entre los agentes que nos espiaban a distancia estaba un amigo mío, incluso mencioné que por lo menos a uno de aquellos conocía, ¿recuerdas? Tampoco olvides Luis Roque: al confesar, te liberas. ¿Tu familia está informada de la vileza que fuiste capaz de cometer para conseguir la fama y el éxito que tanto anhelabas? No lo dudo. (Aquí finaliza la epístola a Luis Roque).


Sobre la participación del soterrado activista homosexual y senador de la república Manuel F. Rosa de Guadañupe en los delitos que hago del conocimiento de la respetable opinión pública –entre los cuales está la virtual reclusión que padezco en mi domicilio–, sólo encuentro como móvil del crimen, aparte de la heterofobia, algún supuesto parentesco que tal vez tenemos; de ello no estoy seguro, mas un examen de ADN daría la certeza. Las autoridades judiciales podrían tomar el posible parentesco como línea de investigación.
En esta historia imaginaria hay varios culpables, pero el mayor responsable que se negó a cumplir con su deber desde el principio, quien actuó a favor de los homosexuales anónimos de la Heroica Universidad Naval Militar en el año 1990, en lugar de investigarlos, es el coronel retirado y licenciado criminólogo Sergio Israel Corona Nava-Bracamontes, quien es homosexual no declarado, de acuerdo con información familiar que tengo sobre él.
A propósito, el tema de la comandancia de Nogales en el año 1998 era secreto muy delicado que nunca manifesté a nadie con la esperanza de utilizarlo contra los victimarios cuando se diera la oportunidad, por tanto, si Sergio Corona sabía de los hechos, se incriminó él mismo con la pregunta sobre sus delitos en Nogales, mas tuvo el atrevimiento de cuestionarme porque supuso erróneamente que yo conversaba en estado subconsciente, afectado por el café adulterado que me había brindado su esposa minutos antes, a quien descubrí cuando de manera disimulada disolvía la droga en agua hirviendo.
El testaferro del actor Sergio Corona, Israel Nava, de inmediato se dio cuenta de su grave error porque la pregunta lo evidenció, se puso nervioso al percatarse que yo estaba aún consciente; y aunque había resuelto no dormir mi consciencia, no pude luchar por más tiempo contra los psicotrópicos que bebí con el café.
Tomé el café aun sabiéndolo adulterado para comprobar si la familia Corona había actuado repetidas veces de la misma manera, en complicidad con terceras personas a partir del año 1988, y poder constatar que estaba involucrada en estos crímenes. Así, todas mis sospechas sobre el licenciado criminólogo –alacrán con alas– Sergio Israel Corona Nava-Bracamontes y su despreciable familia se confirmaron de manera categórica.


Escolio:
Originalmente publiqué esta invectiva en Internet utilizando nombres reales de los involucrados; para evitar inconvenientes la declaré imaginaria.
El nombre Sergio Israel Corona Nava-Bracamontes representa a dos personajes interpretados por un mismo sujeto que utiliza dos identidades: Sergio Corona-Ortega e Israel Nava-Bracamontes.
Así mismo, el culpable de la sodomía en realidad es Toto Violante y no Luis Roque, quien furioso por la estratégica acusación imprecisa que le imputé, allanó mi casa mientras yo dormía, la madrugada del 6 de diciembre de 2012, vestido de civil, en compañía de dos agentes uniformados de gris oscuro, más otro agente que no vi pero llamaron “Temo [sic]”. Horas antes de este suceso, Luis Roque había actuado en una obra de teatro en el Auditorio Cívico Municipal de Guaymas.
¿Cómo supe del allanamiento? Logré salir del trance hipnótico durante el interrogatorio que Luis Roque me hacía, quien al percatarse que abrí los ojos desobedeciendo la orden amenazante de no abrirlos, golpeó mi cabeza contra la pared, noqueándome. También pude identificarlo plenamente debido a que Luis Roque, sentado sobre el borde de mi cama, miraba la pared en el mismo instante en que preguntaba, y quien avisó que yo había despertado fue el agente que estaba a su izquierda en posición militar de descanso, pues fue el primero en darse cuenta; el agente que estaba detrás de él en la misma posición militar también lo alertó casi de manera simultánea.
Los espías huyeron alterados, y sé esto porque dejaron mal cerrada la puerta de mi cuarto, lo cual descubrí al levantarme en la mañana, con dolor en la parte posterior de la cabeza. De no haber sido por el desmayo que sufrí debido al golpe en la cabeza, yo mismo en estado hipnótico –dormido– habría cerrado la puerta sin darme cuenta ni recordar nada después, en cumplimiento a las instrucciones infames del inmoral Luis Roque.
La última vez que vi y platiqué en mis cinco sentidos con Luis Roque, antes de esta irrupción que realizó a mi domicilio, fue en la terminal de autobuses del centro de Mexicali, el día 23 de diciembre de 2008.
Así comprobé una vez más que el relevo múltiple de caracterización, modalidad de los espías fascistas cuando utilizan dobles y suplantadores a fin de evitar traiciones y tener coartada, también es falible, tanto como una espada de dos filos que las víctimas pueden utilizar a su favor para perturbar a los delincuentes gubernamentales y descubrir la trama.
Hasta la próxima, amigos.