Estabas
conmigo en la comandancia de Nogales durante el periodo nocturno. En
una ocasión mientras dormía me indujeron a estado hipnótico.
Desperté con angustia y turbación.
¿Fue
el homosexual enmascarado
y coronel retirado Sergio Israel Corona Nava-Bracamontes quien me
indujo a ese estado de inconsciencia? Tú estabas presente y en tus
cinco sentidos.
¿Para
quién operaron? ¿Delinquieron para el disimulado activista
homosexual Manuel F. Rosa de Guadañupe o para los homosexuales
secretos Horacio de Camil y Toto Violante, a quienes por ser obscenos
e hipócritas los denuncié en la Heroica Universidad Naval Militar?
¿Fueron
ellos quienes te aconsejaron usar en el sanitario la pastilla Harpic
con colorante para enturbiar el agua?
¿El
homosexual tapado
Sergio Israel Corona Nava-Bracamontes te proporcionaba los somníferos
y drogas para adulterar alimentos y bebidas?
Tengo
esta sospecha porque fue en aquella ocasión cuando vi una pequeña
mácula de sangre en el papel sanitario, pero no pude ver el
excremento porque el agua tenía colorante, habías puesto una
pastilla desinfectante oscura al depósito de agua del sanitario para
que yo no pudiera ver las heces ni supiera la verdad. En aquella vez
supuse que probablemente había sido sodomizado, pero descarté la
conjetura, pues habría sido, más que perverso, diabólico de tu
parte.
Cuando
el homosexópata de clóset Sergio Israel Corona Nava-Bracamontes me
preguntó en febrero del año 2010 cuál fue mi intención al no
protestar por el ultraje contra mi humanidad ocurrido en la
comandancia de Nogales en el año 1998, contesté que fue porque
esperaba que los activistas homosexuales encubiertos; refiriéndome a
él, al senador de la república Manuel F. Rosa de Guadañupe, y a la
célula de homosexuales embozados
del Estado Mayor General de la Armada de Nueva España, sección
segunda; utilizaran aquel material en mi agravio (videograbaron
todo), con el fin que se evidenciaran en sus delitos de espionaje y
violación homosexual.
Después
descubrí que los espías homosexualistas no utilizaron los videos
ilegales porque intentaban, además de difamarme, que me convirtiera
en homosexual como ellos, mas esto último no han conseguido porque
no he perdido la aversión a la homosexualidad y porque para copular
únicamente me gusta la mujer, pues la coaptación genital –el
coito–, la cual brinda placer conforme a nuestra naturaleza humana,
sólo es posible entre el hombre y la mujer. Sin embargo, esto no han
querido entender mis persecutores porque creen que podrían conseguir
su fin abominable si lograsen confundirme con cada ataque a mi
integridad sexual y emocional que me infligen previa sedación para
enajenarme y despojarme de la conciencia y el albedrío.
Lamentablemente,
no soy la única víctima, pues los activistas homosexuales en
control de las instituciones de investigación y espionaje, tanto
privadas subvencionadas por el gobierno como del servicio público,
responden –entre otros– a intereses sodomitas de la religión
vaticana, la cual actúa contra cristianos, muchos de los cuales han
sucumbido a la homosexualidad porque nunca supieron que fueron
manipulados psicológicamente para confundirlos; porque cuando los
activistas heterofóbicos han drogado a sus víctimas con bebidas o
alimentos adulterados, ellas no se percatan de nada, pues tienen
anulada la conciencia. Cuando pasa el efecto de la droga las víctimas
despiertan del estado hipnótico platicando o haciendo algo inmoral
que nunca imaginaron, y no saben qué ocurrió en el intermedio:
fueron dañadas en su integridad sexual, psicológica y emocional.
Debido a que la memoria inmediata no queda registrada, sufren
desconcierto.
Así
actúan los activistas homosexuales secretos y heterofóbicos como
Manuel F. Rosa de Guadañupe, Sergio Israel Corona Nava-Bracamontes y
la sicalíptica célula de espías protegidos que está enquistada en
la Armada de Nueva España, ¿no es así?
Afortunadamente,
entre los agentes comisionados para perjudicarme hay confidentes que
me alertan de su presencia, como la ocasión en que Toto Violante te
relevó en tu caracterización; esto, siempre que han podido hacerlo
sin arriesgar su vida o su empleo y sólo cuando yo permito el
acercamiento.
En
el edificio del Centro de Espionajes Superiores Navales (Cesnav)
evité que el capitán Lozano me contactara, tuve que ignorarlo
cuando cauteloso trataba de llamar mi atención, aunque después
estuvo como oficial encubierto en la Gendarmería Nacional y comprobó
que no soy homosexual en ningún sentido, pues repulso la sodomía
íncuba y súcuba. Por ejemplo, el día en que estuvimos en la playa
de San Carlos, Sonora, entre los agentes que nos espiaban a distancia
estaba un amigo mío, incluso mencioné que por lo menos a uno de
aquellos conocía, ¿recuerdas? Tampoco olvides Luis Roque: al
confesar, te liberas. ¿Tu familia está informada de la vileza que
fuiste capaz de cometer para conseguir la fama y el éxito que tanto
anhelabas? No lo dudo. (Aquí finaliza la epístola a Luis Roque).
Sobre
la participación del soterrado activista homosexual y senador de la
república Manuel F. Rosa de Guadañupe en los delitos que hago del
conocimiento de la respetable opinión pública –entre los cuales
está la virtual reclusión que padezco en mi domicilio–, sólo
encuentro como móvil del crimen, aparte de la heterofobia, algún
supuesto parentesco que tal vez tenemos; de ello no estoy seguro, mas
un examen de ADN daría la certeza. Las autoridades judiciales
podrían tomar el posible parentesco como línea de investigación.
En
esta historia imaginaria hay varios culpables, pero el mayor
responsable que se negó a cumplir con su deber desde el principio,
quien actuó a favor de los homosexuales anónimos de la Heroica
Universidad Naval Militar en el año 1990, en lugar de investigarlos,
es el coronel retirado y licenciado criminólogo Sergio Israel Corona
Nava-Bracamontes, quien es homosexual no declarado, de acuerdo con
información familiar que tengo sobre él.
A
propósito, el tema de la comandancia de Nogales en el año 1998 era
secreto muy delicado que nunca manifesté a nadie con la esperanza de
utilizarlo contra los victimarios cuando se diera la oportunidad, por
tanto, si Sergio Corona sabía de los hechos, se incriminó él mismo
con la pregunta sobre sus delitos en Nogales, mas tuvo el
atrevimiento de cuestionarme porque supuso erróneamente que yo
conversaba en estado subconsciente, afectado por el café adulterado
que me había brindado su esposa minutos antes, a quien descubrí
cuando de manera disimulada disolvía la droga en agua hirviendo.
El
testaferro del actor Sergio Corona, Israel Nava, de inmediato se dio
cuenta de su grave error porque la pregunta lo evidenció, se puso
nervioso al percatarse que yo estaba aún consciente; y aunque había
resuelto no dormir mi consciencia, no pude luchar por más tiempo
contra los psicotrópicos que bebí con el café.
Tomé
el café aun sabiéndolo adulterado para comprobar si la familia
Corona había actuado repetidas veces de la misma manera, en
complicidad con terceras personas a partir del año 1988, y poder
constatar que estaba involucrada en estos crímenes. Así, todas mis
sospechas sobre el licenciado criminólogo –alacrán con alas–
Sergio Israel Corona Nava-Bracamontes y su despreciable familia se
confirmaron de manera categórica.
Escolio:
Originalmente
publiqué esta invectiva en Internet utilizando nombres reales de los
involucrados; para evitar inconvenientes la declaré imaginaria.
El
nombre Sergio Israel Corona Nava-Bracamontes representa a dos
personajes interpretados por un mismo sujeto que utiliza dos
identidades: Sergio Corona-Ortega e Israel Nava-Bracamontes.
Así
mismo, el culpable de la sodomía en realidad es Toto Violante y no
Luis Roque, quien furioso por la estratégica acusación imprecisa
que le imputé, allanó mi casa mientras yo dormía, la madrugada del
6 de diciembre de 2012, vestido de civil, en compañía de dos
agentes uniformados de gris oscuro, más otro agente que no vi pero
llamaron “Temo [sic]”. Horas antes de este suceso, Luis Roque
había actuado en una obra de teatro en el Auditorio Cívico
Municipal de Guaymas.
¿Cómo
supe del allanamiento? Logré salir del trance hipnótico durante el
interrogatorio que Luis Roque me hacía, quien al percatarse que abrí
los ojos desobedeciendo la orden amenazante de no abrirlos, golpeó
mi cabeza contra la pared, noqueándome. También pude identificarlo
plenamente debido a que Luis Roque, sentado sobre el borde de mi
cama, miraba la pared en el mismo instante en que preguntaba, y quien
avisó que yo había despertado fue el agente que estaba a su
izquierda en posición militar de descanso, pues fue el primero en
darse cuenta; el agente que estaba detrás de él en la misma
posición militar también lo alertó casi de manera simultánea.
Los
espías huyeron alterados, y sé esto porque dejaron mal cerrada la
puerta de mi cuarto, lo cual descubrí al levantarme en la mañana,
con dolor en la parte posterior de la cabeza. De no haber sido por el
desmayo que sufrí debido al golpe en la cabeza, yo mismo en estado
hipnótico –dormido– habría cerrado la puerta sin darme cuenta
ni recordar nada después, en cumplimiento a las instrucciones
infames del inmoral Luis Roque.
La
última vez que vi y platiqué en mis cinco sentidos con Luis Roque,
antes de esta irrupción que realizó a mi domicilio, fue en la
terminal de autobuses del centro de Mexicali, el día 23 de diciembre
de 2008.
Así
comprobé una vez más que el relevo múltiple de caracterización,
modalidad de los espías fascistas cuando utilizan dobles y
suplantadores a fin de evitar traiciones y tener coartada, también
es falible, tanto como una espada de dos filos que las víctimas
pueden utilizar a su favor para perturbar a los delincuentes
gubernamentales y descubrir la trama.
Hasta
la próxima, amigos.